Zalacaín el Aventurero


La obra habla sobre varias de las aventuras y desventuras de un muchacho vasco, Martín Zalacaín, nacido en la villa imaginaria de Urbía o Urbide y criado por un viejo pariente, Tellagorri, un cínico de la taberna del Arcale. Su hermana, Ignacia o «la Iñasi», es pretendida de amores por el señorito Carlos de Ohando, su enemigo y hermano de Catalina de Ohando, a la que Zalacaín ama. Para evitar que Carlos engañe a su hermana Ignacia, Martín la casa con un amigo suyo, Bautista Urbide, ayudante del panadero del pueblo. El matrimonio se irá a vivir a Zaro, un pueblecito vascofrancés, pero luego Bautista acompañará a Martín Zalacaín en muchas de sus correrías y aventuras.

Zalacaín el aventurero es  un libro que me ha encantado.  Mi primera actitud ante los libros clásicos fue el rechazo, pues los consideraba obsoletos, algo que no pudiera interesar a nadie.
Leí a Bécquer, y quedé embelesado con sus Leyendas, dignas de admiración. Ahora, he leído a Baroja, y posiblemente, tenga que tragarme mis propias palabras.
No es solo un libro entretenido que se lee rápido y bien, sino que además, en el fondo de toda aventura vivida por un protagonista como Martín, se esconde una dura crítica social a la época, y una perfecta enseñanza que alecciona al lector.
Sin duda, me ha parecido un libro divertido, entretenido y perfecto en todos sus sentidos. El autor, Baroja, toma la típica historia, con el típico héroe valiente y sus típicas aventuras, y lo convierte todo en una brillante mezcla de trepidantes acciones que se suceden a una velocidad de cine.
En mi opinión, es un libro que recomiendo a todos aquellos que disfruten con las aventuras, los viajes y a los que deseen pasar un buen rato. Y nunca olviden que “no debemos juzgar un libro por su portada”