Cien años de soledad
Escrito por: Julia
Tipo: Recomendado
Sinopsis:
Macondo es un pueblecito fundado por aquellos que marcharon
de Riohacha en busca del mar. Es una aldea situada en medio de las tierras de
nadie, al lado de una ciénaga, ahogada de calor y de polvo, donde cientos de
pájaros cantan día y noche sus melodías, haciendo a los habitantes perder la
noción del tiempo y espacio. Es un pueblo donde cada año vienen los gitanos con increíbles invenciones del mundo exterior.
Es un pueblo donde habita José Arcadio Buendía, líder indiscutible de los
fundadores de Macondo, primero de una
estirpe extensa que vivirá décadas en el mismo lugar año tras año, una estirpe
sin cola de cerdo pero con una locura que lo compensa, según palabras de la
mismísima Úrsula.
Opinión personal:
Arrolladora. Cien años de soledad es una historia aplastante
que te atrapa desde el primer momento y no te suelta hasta el grandioso final.
Es una historia irrepetible que te cautiva con todos sus personajes, desde José
Arcadio Buendía con sus constantes delirios científicos, pasando por la
inquebrantable Úrsula, los solitarios Aurelianos, Amaranta, con el corazón
roto, José Arcadio, con su monumental miembro viril, la hermosa Remedios, la
Bella. Todos y cada uno de ellos terminan entrando lentamente en tu corazón,
haciéndose un huequecito en él para que acabes empatizando con su mala suerte,
su soledad eterna y sus tragedias.
A su vez, mientras ellos entran en tu corazón, tú vas
entrando en Macondo, vas sintiendo el calor sofocante y el aislamiento del principio. Sientes las
guerras a lo lejos, el alboroto de los
gitanos, las injusticias de la compañía bananera. Te conviertes en un habitante
más que sufre la epidemia del insomnio y los cuatro años de lluvias continuas,
que muere por la belleza sobrenatural de Remedios, que vas a adivinar tu futuro
con las cartas y consejos de Pilar Ternera. Terminas respirando el aire de
irrealidad que se respira en Macondo.
Con una prosa repleta de belleza y una historia apasionante,
sientes la necesidad de leer con rapidez para saber más, a la par que necesitas
detenerte en el párrafo o incluso la frase anterior porque son hermosos. García
Márquez te hace reír con la morbosidad del asunto, llorar por cada pérdida por
odiosa que sea, turbarte por la brusquedad en sus palabras, y, por supuesto,
deleitarte en cada una de sus páginas.