¡Vuelvo con...
ALERTA ROJA...
Escrito por: Alicia
Tipo: Recomendación
Esta vez, es un libro que he cogido de la biblioteca, de nuevo de alerta roja, como ya he dicho antes. Pero es que últimamente no puedo más que leerme libros de esta estupenda y magnífica colección. Relatos realistas, que nos informan sobre los jóvenes, sobre las diferentes vidas...
¡ME EN-CAN-TA!
Después de Vendida, os traigo otra novela paralela, que no coincide en nada con la anterior, solamente en el período de lectura. Esta historia es de un chico que tiene unos amigos racistas, que no soportan ni a los chinos, ni a los peruanos, ni a los negros ni a nadie. Por eso, Edu está ahora así, sin saber que hacer, acorralado.
Tiene por un lado a sus amigos.
Por otro al amor de su vida.
Resumen (no es mío):
En una reyerta organizada por los amigos de Eduardo, éste ha abierto la cabeza a un peruano de un bastonazo. Eduardo es muy amigo de sus amigos y a veces actúa según lo que pide el grupo y no según su conciencia. La policía sólo le pilla a él, pues ha dejado evidencias. La condena: unos meses en un centro de acogida, haciendo de todo un poco, incluso dar clases a inmigrantes que no saben ni gota de español. Allí va a conocer a Pam, una peruana que lleva casi toda su vida en España, y que colabora con el centro de forma voluntaria.
Mientras el odio por los enfrentamientos crece, también lo hace el amor, y la contradicción lleva a Eduardo a un conflicto consigo mismo. Salga por donde salga, va a tener la sensación de ser un cobarde.
Está escrito por Eduardo en primera persona, sin comas, ni dos puntos, ni puntos y coma, ni guiones... sólo con puntos, exclamaciones e interrogaciones y aún así no se nota. En ningún momento rechina ni suena forzado. Un experimento acertado.
Mientras el odio por los enfrentamientos crece, también lo hace el amor, y la contradicción lleva a Eduardo a un conflicto consigo mismo. Salga por donde salga, va a tener la sensación de ser un cobarde.
Está escrito por Eduardo en primera persona, sin comas, ni dos puntos, ni puntos y coma, ni guiones... sólo con puntos, exclamaciones e interrogaciones y aún así no se nota. En ningún momento rechina ni suena forzado. Un experimento acertado.